La historia del maquillaje: siglo XVIII

maquillaje en el siglo XVIII

El siglo XVIII fue una época de grandes cambios. La Ilustración había llegado y los pensadores desafiaban el statu quo, buscando nuevas ideas y avanzando a pasos agigantados en los campos intelectual y artístico. También cambió el maquillaje, con el avance de la tecnología que creó nuevos productos cosméticos y estilos de maquillaje.

Maquillaje de principios del siglo XVIII

El siglo XVIII vio resurgir el interés por el arte del maquillaje. Las mujeres de todas las clases sociales habían empezado a maquillarse. Los cutis pálidos seguían estando de moda, por lo que las mujeres utilizaban polvos faciales para conseguir un aspecto pálido y pintalabios para colorear los labios. También se maquillaban los ojos, con sombra de ojos en polvo y kohl para crear un aspecto ahumado.

Maquillaje de mediados del siglo XVIII

A mediados del siglo XVIII, el maquillaje adquirió un aspecto bastante exótico, ya que la invención del Dûîn-color, o rouge ondulé, creó un aspecto brillante y dramático. Este maquillaje se elaboraba con agua y semillas de la planta adjutaph y estaba diseñado para crear un brillante color rosa. Las mujeres de la moda usaban el mismo maquillaje en las mejillas, e incluso en los labios.

En esta época también se puso de moda la sombra de ojos. Aunque el polvo que se utilizaba para crear este aspecto no era nuevo, ahora se mezclaba con agua para crear un aspecto más oscuro y atrevido. Las mujeres delineaban los ojos con este color para crear un aspecto aún más dramático. Además, también se utilizaba maquillaje corporal, con polvos corporales para crear un cutis más uniforme.

Maquillaje de finales del siglo XVIII

A finales del siglo XVIII, el maquillaje se volvió menos atrevido y más natural. Aunque las mujeres seguían utilizando polvos corporales, el maquillaje de ojos se volvió más natural con la invención de la primera máscara de pestañas. Aunque no era el mismo producto que conocemos hoy, era un avance significativo en el mundo del maquillaje.

También las mujeres empezaron a utilizar el fondo de maquillaje, una pasta coloreada que servía para uniformar el tono de la piel y cubrir las imperfecciones. Este nuevo producto se fabricaba a partir de una base oleosa y pigmentos minerales, y se aplicaba con un pincel o un toque. Este nuevo producto se hizo rápidamente popular, y comenzó a sustituir a los polvos faciales como maquillaje preferido de las mujeres.

La política del maquillaje

Durante el siglo XVIII, el maquillaje se asoció cada vez más con las clases bajas. Las mujeres de condición social más baja trabajaban a menudo en industrias que las exponían a diversos productos químicos y materiales peligrosos, y sus caras lo demostraban. Así pues, el maquillaje se consideraba una parte esencial del atuendo de la mujer de clase baja.

Sin embargo, las mujeres de la clase alta sentían que llevar maquillaje era una señal de buena crianza. Como tal, hacían todo lo posible por asegurarse de que su maquillaje era más elegante y llamativo que el que llevaban sus inferiores sociales. El maquillaje se convirtió, por tanto, en un medio de mostrar su estatus social, y se utilizó con gran ventaja en los asuntos sociales y políticos.

La revolución del maquillaje en el siglo XVIII

El siglo XVIII fue una época de grandes cambios, y el maquillaje siguió la misma línea. A medida que el avance de la tecnología producía nuevos productos cosméticos, el maquillaje evolucionó desde los polvos faciales y el pintalabios hasta la base de maquillaje, la máscara de pestañas y más. El maquillaje se utilizaba cada vez más como señal de estatus social, y la moda del maquillaje en el siglo XVIII era bastante dramática. Sin embargo, a finales de siglo, el maquillaje se hizo más natural, allanando el camino a las tendencias modernas.

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