La psoriasis es una afección inflamatoria crónica de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por manchas rojas y con picor en la piel cubiertas con escamas plateadas.

Te voy a hablar de la psoriasis desde el punto de vista de una esteticien. Una condición de la piel no es lo mismo que un tipo de piel, en estos casos siempre es mejor llevar un control con un dermatólogo.

¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error las células sanas de la piel, lo que lleva a una acumulación rápida de células en la superficie de la piel. Esta producción excesiva de células provoca la formación de placas gruesas y escamosas.

Aunque la causa exacta no se conoce, los factores genéticos y el disfuncionamiento del sistema inmunológico juegan un papel significativo. Es una condición no contagiosa. Lamentablemente vivimos en una sociedad en la que la gente tiende a mirar un poco raro esas cosas, lo cuál, todavía causa más estrés a la persona que lo sufre.

¿Cómo afecta la psoriasis a la piel?

La psoriasis afecta principalmente la piel, pero también puede afectar las uñas y las articulaciones. El tipo más común, es la psoriasis en placas, que generalmente aparece como manchas elevadas y rojas con bordes distintos. Estas manchas, conocidas como placas, a menudo están cubiertas con escamas blancas plateadas.

La piel afectada por la psoriasis suele ser seca, con picor y propensa a agrietarse o sangrar. La gravedad de los síntomas de la psoriasis puede variar mucho, algunas personas solo tienen manchas leves y localizadas, mientras que otras sufren inflamación generalizada.

Síntomas de la psoriasis

Los síntomas de la psoriasis pueden manifestarse de manera diferente de una persona a otra, pero los más comunes son:

  • Manchas rojas elevadas cubiertas de escamas plateadas
  • Picor, ardor o dolor en las áreas afectadas
  • Piel seca y agrietada que puede sangrar
  • Uñas con hoyos o decoloradas
  • Articulaciones rígidas, hinchadas o dolorosas

Los brotes de psoriasis pueden desencadenarse o empeorarse debido a diversos factores, como el estrés, las lesiones en la piel, las infecciones, ciertos medicamentos, el consumo excesivo de alcohol y el tabaco.

Opciones de tratamiento

Si bien la psoriasis es una enfermedad crónica sin cura, existen varias opciones de tratamiento que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Como ya te comenté, aquí lo vamos a ver desde el punto del cuidado de la piel, para estos tratamientos hay que visitar a un dermatólogo que es quien mejor te va a asesorar. Te los voy a nombrar así por encima para que sepas un poco lo que hay.

  • Tratamientos tópicos: se aplican directamente sobre la piel, como corticosteroides, análogos de vitamina D, retinoides y humectantes.
  • Fototerapia: la exposición a la luz ultravioleta (UV) puede reducir la inflamación y ralentizar la producción de células cutáneas.
  • Medicamentos sistémicos: medicamentos orales o inyectables que actúan sobre el sistema inmunológico para controlar la inflamación. Estos medicamentos suelen reservarse para casos graves de psoriasis o cuando otros tratamientos no son efectivos.
  • Terapias biológicas: los medicamentos biológicos son fármacos diseñados genéticamente que actúan sobre partes específicas del sistema inmunológico involucradas en la psoriasis. Se pueden administrar mediante inyección o infusión intravenosa.

Estilo de vida y cuidado personal

Aunque los tratamientos médicos son fundamentales para el manejo de la psoriasis, ciertos cambios en el estilo de vida y prácticas de autocuidado también pueden ayudar a aliviar los síntomas. Estos pueden incluir:

  • Mantener una dieta saludable: una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y ácidos grasos omega-3 puede apoyar la salud general de la piel.
  • Manejar el estrés: técnicas de control del estrés, como el ejercicio, la meditación y los ejercicios de relajación, pueden ayudar a prevenir o reducir los brotes de psoriasis.
  • Investigación de los desencadenantes: identificar y evitar los desencadenantes que empeoran los síntomas, como ciertos alimentos, el alcohol, fumar y las lesiones en la piel.
  • Humectar: aplicar regularmente humectantes y emolientes puede ayudar a calmar la piel seca y reducir la picazón.
  • Cuidado suave de la piel: utilizar limpiadores suaves sin fragancia y evitar jabones o exfoliantes agresivos que puedan irritar la piel. No te olvides de desmaquillar siempre la piel antes de acostarte.
  • Protección solar: si bien la exposición controlada al sol puede ser beneficiosa, es crucial proteger la piel de la radiación UV excesiva y usar protector solar adecuado.