Acné, tipos de acné y métodos eficaces de tratamiento

Acné – Tipos de acné y métodos eficaces de tratamiento

Acné, vamos a hablar hoy de esta afección de la piel tan popular como molesta. Como siempre en este blog, te hablo desde el punto de vista de la estética. Y te voy a recomendar que consultes con un dermatólogo cualquier afección de la piel. Como ya te acabo de adelantar, el acné es una condición de la piel, no un tipo de piel.

Existen diversos factores que pueden contribuir su desarrollo, como la genética, los cambios hormonales, ciertos medicamentos y el estilo de vida. Es importante conocer los distintos tipos que hay y sus correspondientes métodos de tratamiento para poder controlarlos y prevenirlos eficazmente.

¿Qué es el acné?

Es una afección cutánea que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células cutáneas muertas. Suele caracterizarse por la presencia de espinillas, puntos negros, granos y, en los casos más graves, quistes. Estas lesiones pueden provocar enrojecimiento, hinchazón e incluso dolor. El acné es el resultado de una sobreproducción de sebo, una sustancia grasa que ayuda a mantener la piel lubricada. La sobreproducción de sebo puede provocar la obstrucción de los poros y el crecimiento de bacterias, lo que da lugar al acné.

Puede manifestarse de diversas formas, desde leve a grave, y puede dejar cicatrices si no se trata adecuadamente. Es esencial buscar un tratamiento adecuado para evitar un impacto a largo plazo en la salud y el aspecto de la piel.

Tipos de acné

Existen distintos tipos, que pueden manifestarse en la piel, cada uno con sus propias características y gravedad.

Acné comedoniano

Predominan los elementos no inflamados, conocidos como comedones abiertos y cerrados. Estos son más conocidos como puntos negros, espinillas o puntos blancos. Este tipo raramente deja cicatrices, a no ser que haya una sobreinfección por manipular los granos.

Acostumbra a responder bien a tratamientos con productos de higiene y limpieza, cremas, mascarillas y geles de aplicación tópica para limpiar el poro.

Acné papulopustuloso

En este tipo predominan los granos rojos, inflamados y granos con pus, aunque acostumbran a ser superficiales. Pueden dejar cicatrices más o menos visibles dependiendo de la respuesta de la piel de cada uno. Dependiendo de la severidad, puede requerir tratamiento con antibióticos tópicos u orales, retinoides, anovulatorios (sustancias que regulan las hormonas), y técnicas como láseres o terapia fotodinámica.

Acné nodular o nódulo quístico

Aquí las lesiones predominantes son granos inflamados profundos y quistes de diversos tamaños. Normalmente deja cicatrices. Este tipo requiere tratamientos orales con antibióticos, retinoides, anovulatorios y antiinflamatorios. En casos más graves requiere antiinflamatorios inyectados en las lesiones y pequeñas intervenciones quirúrgicas. Los láseres y terapias fotodinámicas pueden ayudar a acortar el tratamiento y obtener resultados más rápidamente.

Gravedad del acné

  • Leve: cuando hay menos de 20 lesiones
  • Moderado: entre 20 y 50 lesiones
  • Severo: más de 50 lesiones

Toda gravedad tiene un tratamiento, sólo en acné leve podría ser tratado con cosmética, los demás ya necesitan de un dermatólogo o especialista.

Síntomas

Sus síntomas pueden variar según el tipo y la gravedad de la afección.

Los síntomas más comunes son la presencia de comedones (puntos negros, puntos blancos y espinillas), pústulas o pápulas inflamadas y dolorosas, y, en los casos graves, la aparición de nódulos y quistes. El acné puede causar enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad en las zonas afectadas.

Causas

El desarrollo del acné está influido por diversos factores, como los cambios hormonales, la genética y el estilo de vida. Durante la adolescencia, los cambios hormonales pueden provocar un aumento de la producción de sebo, lo que puede contribuir al desarrollo del acné. Además, ciertos medicamentos y enfermedades subyacentes también pueden ser un factor contribuyente.

Algunos factores que causan el acné:

  • Hiperproducción sebácea: esto produce un taponamiento de los folículos pilosos, sobre los cuales aparece la inflamación y la infección.
  • Proliferación de «cutibacterium acnes»: una bacteria que se encuentra en las glándulas sebáceas, y que causa su aparición.
  • Alteración de la microbiota cutánea: la flora cutánea.
  • Trastornos hormonales
  • Dormir con maquillaje, al no transpirar bien la piel también puede causar acné.

Tratamientos

Existen varias opciones de tratamiento para controlar y tratar el acné, que van desde medicamentos tópicos a tratamientos orales y procedimientos avanzados. La elección del tratamiento dependerá del tipo y la gravedad del acné, así como de consideraciones individuales como la edad, el estado general de salud y la presencia de alguna afección concomitante.

Como ya te he comentado anteriormente, aquí solo lo vemos desde la estética y cosmética. Te voy a nombrar los tratamientos que hay, pero para esto siempre necesitas la consulta de un especialista.

Limpieza facial adecuada

Uno de los elementos fundamentales del tratamiento del acné es una rutina de limpieza facial adecuada. Lavarse la cara con regularidad con un limpiador suave puede ayudar a eliminar el exceso de grasa, la suciedad y las células cutáneas muertas, evitando la obstrucción de los poros y el desarrollo de lesiones acneicas. Es importante utilizar productos no abrasivos y evitar frotar en exceso, ya que puede irritar la piel y agravar los síntomas del acné.

Además de la limpieza, el uso de exfoliantes suaves, puede ayudar a eliminar las células cutáneas muertas y prevenir la acumulación de restos en los poros. Evita usar los exfoliantes directamente sobre los granos.

Medicamentos tópicos

Los medicamentos tópicos se utilizan habitualmente para tratar los casos leves a moderados de acné. Estos medicamentos actúan contra las bacterias que contribuyen al desarrollo del acné, a la vez que ayudan a desobstruir los poros y a reducir la inflamación. Están disponibles en varias formas, como geles, lociones y cremas, y suelen aplicarse directamente sobre las zonas afectadas de la piel.

Antibióticos

En los casos más graves o persistentes de acné, pueden recetarse antibióticos orales o tópicos para ayudar a reducir la presencia de bacterias causantes del acné y disminuir la inflamación. Los antibióticos orales pueden actuar sobre las bacterias de todo el organismo, mientras que los tópicos se aplican directamente sobre la piel.

Los antibióticos suelen utilizarse en combinación con otros medicamentos, como los retinoides, para combatir los múltiples factores que contribuyen al desarrollo del acné, como el crecimiento excesivo de bacterias y la acumulación de células muertas de la piel.

Retinoides

Los retinoides son derivados de la vitamina A y son eficaces para prevenir la obstrucción de los folículos pilosos y promover el recambio de las células cutáneas. Están disponibles en forma tópica y oral y suelen utilizarse para tratar casos moderados a graves de acné. Los retinoides tópicos se aplican directamente sobre la piel, mientras que los orales se prescriben para las formas de acné más graves y resistentes.

Es importante utilizar los retinoides siguiendo las instrucciones, ya que pueden provocar sequedad cutánea y mayor sensibilidad al sol. A menudo forman parte de un plan de tratamiento a largo plazo para ayudar a controlar y prevenir futuros brotes, y un seguimiento regular por parte de un dermatólogo es esencial para garantizar su uso seguro y eficaz.

Terapia con láser o luz

Las terapias con láser y luz son opciones de tratamiento avanzadas para el acné que funcionan atacando las bacterias que contribuyen a su desarrollo, así como reduciendo la inflamación. Estas terapias también pueden ayudar a disminuir la producción de sebo y favorecer la curación de la piel. A menudo se utilizan en casos de acné moderado a grave.

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